Me siento tan irritado y ansioso cuando alguien me dice que lo que estoy haciendo está mal. ¿Qué tengo que hacer?

Vivir es cambiar; ser perfecto es haber cambiado a menudo. – John Henry Newman

Repítete a ti mismo, “por supuesto que todavía no soy lo suficientemente bueno – ¡duh! – Soy un ser humano, soy falible. ¡Estas cosas llevan tiempo!” Practique esto recordando deliberadamente un caso de crítica, notando el mal presentimiento y luego repitiendo la frase. Dígalo como si lo dijera en serio, como si realmente estuviera tratando de convencerse a sí mismo. Haz esto varias veces al día.

Dales las gracias por cuidarte lo suficiente para ponerte en pie. Pídeles que te acompañen mientras aprendes. Pídales que sigan haciéndolo.

Repítete a ti mismo: “¡gracias a Dios que alguien me lo señaló!” Practique esto recordando deliberadamente un caso de crítica, notando el mal presentimiento y luego repitiendo la frase. Dilo como si lo dijeras en serio. Haz esto varias veces al día.

Examine su lenguaje corporal (postura, expresión facial, gesto) y modifíquelo para que se ajuste a la sensación estimulada. Practique esto recordando deliberadamente una instancia de crítica, notando el mal presentimiento y luego ajustando su lenguaje corporal. Haz esto varias veces al día.

Compre un pequeño regalo para alguien que lo ha criticado, o hágales un café, o elogíelos a una tercera persona por algo que no esté relacionado.

Examine cualquier cambio en la temperatura que acompañe a los malos sentimientos, por ejemplo, sentirse caliente por la vergüenza o frío por la ira. Ajuste la temperatura, por ejemplo, poniéndose un suéter o salpicándose la cara con agua fría. Practique esto recordando deliberadamente una instancia de crítica, notando el mal presentimiento y luego ajustando su temperatura. Haz esto varias veces al día.

Repítete a ti mismo, “está bien sentirse herido, pero realmente quiero hacerlo mejor que eso. No he llegado todavía , pero estas cosas llevan tiempo. ¡Tómate un descanso!” Practique esto recordando deliberadamente un caso de crítica, notando el mal presentimiento y luego repitiendo la frase. Dígalo como si lo dijera en serio, como si realmente estuviera tratando de convencerse a sí mismo. Haz esto varias veces al día.

Haga todo lo anterior, con frecuencia, intensamente, y hágalos juntos (repitiendo las frases mientras ajusta su postura y su temperatura, por ejemplo).

(Nota: no use las frases anteriores literalmente, haga las suyas propias, pero asegúrese de hacer un uso liberal de las palabras “todavía” y “duh” y “por supuesto”, y anime sus sentimientos de gratitud).

Observe qué tan rápido su reacción habitual comienza a cambiar. Informe aquí, para que sus lectores puedan aprender de usted lo que funciona y lo que no.